LAS 4 CHARLAS FUNDAMENTALES DE EQUIPO(2): EL FEEDBACK
Con este artículo vamos a continuar y concluir el post sobre las 4 charlas fundamentales de equipo realizadas antes del partido. A diferencia de las dos charlas anteriores (charla táctica y charla motivadora de antes del partido), estas se realizan a modo de feedback, es decir se intenta aportar a los jugadores un análisis externo para que mejoren, rectifiquen o persistan en sus actuaciones.
Charla del descanso en la media parte.
La charla del descanso se realiza a modo de feedback y debe contener tanto indicaciones tácticas como contribuir a la motivación del equipo para la segunda parte. Su duración es toda la que permita el descanso y el entrenador podrá disponer de toda la plantilla o únicamente de los jugadores que hayan disputado la primera parte. El entrenador dará indicaciones de manera global y se centrara personalmente en los jugadores que hayan tenido problemas en la primera parte para desarrollar su labor.
Debe controlar sus palabras evitando las emociones negativas e incluso las positivas para no llevar al equipo al exceso de confianza.
El míster tiene que haber detectado los fallos de los jugadores y el equipo, encontrar las soluciones y transmitirlo de la manera más clara posible. Si el equipo esta jugando mal o las sensaciones no son buenas, el entrenador buscará dar sus indicaciones o su valoración sin que su enfado o su decepción influya en su análisis. Si el equipo va ganando o esta jugando bien, revisará los fallos que haya habido o analizará las jugadas de posesión del rival.
Se destacará siempre que la segunda parte es un partido nuevo y se aconsejará al equipo, si va bien, que continúe con esa dinámica. Si por el contrario el equipo va perdiendo o lo esta haciendo mal, se intentará hacer olvidar al equipo la primera parte y enfatizar las posibilidades de la segunda.
El entrenador no solo analiza lo sucedido, también debe realizar predicciones de cómo transcurrirá la segunda parte. Estas predicciones se basarán en el cansancio de los jugadores contrarios o en la nueva imagen que dará el equipo con los cambios que saldrán. Dará las nuevas indicaciones a los jugadores que salen, además a modo de evaluación valorará el estado físico de los jugadores.
Charla post partido.
Esta charla se realiza también a modo de feedback, como es obvio este feedback no servirá para el transcurso del partido pero sí para los partidos posteriores.
El vestuario, tras un partido, es un lugar donde se magnifican las emociones independientemente del resultado obtenido. En caso de victoria y buen juego, el entrenador no deberá exaltar la actuación del equipo sino destacar que el partido ha concluido y que empieza una nueva semana de entrenamiento para preparar el siguiente partido. Lo que sí que hará es enfatizar el valor del trabajo y la importancia de mantener la misma línea.
Cuando el resultado es negativo y el juego ha sido muy malo, nunca se descargará toda la ira de manera furiosa sino que se hará con una mezcla de delicadeza, precaución y firmeza.
Un buen consejo tras una derrota para evitar confrontaciones o malas respuestas, es el de dar la charla tras la ducha o en el autobús de vuelta (en caso que lo haya). Aunque sin duda, el mejor momento para realizar esta crítica es durante el primer entrenamiento tras el partido. No obstante en algunos casos, si el resultado ha sido y el juego han sido catastróficos, sí se echará una bronca general de manera que estimule al equipo a la reacción y desahogue al entrenador.
Estas son todas las charlas que tiene un entrenador con su equipo dentro del campo en el día de partido. En función de las dotes comunicativas del entrenador y de su personalidad, estas serán más efectivas y sus jugadores sacarán mayor provecho de ellas, no obstante siguiendo estas pautas se ayudará a aquellos entrenadores que cometen fallos a la hora de estimular, orientar y explicar a sus jugadores las consignas.
¡¡Saludos futboleros!!
Twitter: @javi_brines
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Como entrenadores sentimos una responsabilidad por corregir fallos en el equipo. Esa responsabilidad se transforma en prisa. Al repetir ciertos errores nos aceleramos y nos ponemos de mal humor. Tratamos de corregir sobre la marcha muchas veces a base de gritos. No suele dar resultado. Pero esto no quiere decir que no exista opción de corregirlos. Mi experiencia como entrenador y como coach deportivo me ha demostrado que para corregir errores, fallos o malas sensaciones después de un partido resulta mucho más fácil si primero resaltamos los puntos positivos. Al hacerlo conseguimos que el equipo adopte una predisposición, una motivación positiva que nos permitirá abordar aquello que queramos corregir. Esta forma de actuar puede funcionar tanto a nivel colectivo como a nivel individual. Y tras hacer esta dinámica parte del equipo, del grupo también podemos utilizarla en el descanso de cara a la segunda parte.
Muchas gracias por tu aportación Pedro!!
Con este comentario enriquecemos un poco más nuestro post.
Un saludo.